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¿Castidad para qué si puedo tener sexo con quien yo quiera?

26.07.2011 12:30

 

Por Sarahi Fuster

    Este fin de semana me hizo retomar un tema que ya había estudiado hace unos años y al cual me introdujo una persona de religión católica, pero que en la actualidad es un tema evitado por ser considerado en extremo conservador, religioso y represor de la libertad.

    El sábado estuve platicando con un amigo y cuando tocamos el tema de su novia me preguntó: “¿qué diferencia hay entre vivir juntos siendo novios y casarse?, ¿qué es el matrimonio?” a lo que afirmó el mismo: “la diferencia que encuentro yo es que en el matrimonio sólo firmas un papelito, o bueno, cuanto te casas viene una responsabilidad”. Yo intenté explicarle que el matrimonio comprendía un compromiso y claro, una responsabilidad, pero me quedé con la espinita, porque mi explicación no fue del todo clara y fundamentada.

    A cuántos de nosotros no nos ha pasado que cuando conocemos a alguien creemos que es el amor de nuestras vidas, pero ¿realmente es amor lo que sentimos o más bien sólo nos atrae por instinto carnal?

    Pondré un escenario: una chica muy guapa (cinturita, senos grandes, caderas anchas, cara bonita, cabello largo, sonrisa cautivadora) entra a trabajar a un lugar. En ese lugar trabaja un chico guapísimo (musculoso, alto, bien proporcionado, cara bonita, simpático, galán) que se cree el galán de galanes y se entera de que esta chica guapa acaba de entrar. Un día pasa por su lugar, los dos se ven y se atraen. A la semana de conocerse deciden salir, los dos se dicen que se gustan y en esa misma noche los dos sucumben a sus atractivos (ya saben a qué me refiero “tienen sexo”). Por desgracia, nosotras las mujeres somos más sensibles y nos enamoramos más, pues resulta que después de esa noche él le deja de hablar. La chica llora durante días porque ella jura “amarlo” desde el primer día que lo vio. ¿Realmente lo ama? Ya veremos la explicación a continuación.

El matrimonio

    Los estereotipos de libertad en la actualidad, ponen al matrimonio como esclavizante, privador de la libertad o como un pacto únicamente legal. ¿Qué es en verdad el matrimonio? El matrimonio es la unión perpetua entre el hombre y la mujer con el fin de procrear…seguramente habrá varios que exclamarán “¡procrear!”, “¿¡cómo, no puede ser!?”, pues SÍ. En el génesis, Dios dijo “No es bueno que el hombre esté solo. Hagámosle una compañera semejante a él” (Gn 2, 28) a lo que añadió “[…] por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y vendrán a ser los dos una sola carne” (Gn 2, 24), “creced, multiplicaos y llenar la tierra” y de ahí empezó a nacer la población. Aunque no lo crean, el único propósito de unirse en matrimonio es procrear, pero lógicamente de la unión viene la convivencia y el saber llevar una relación adelante para siempre.

    Cuando no se cree en el matrimonio es difícil reconocer la dignidad del mismo y se cae muy fácilmente en la práctica de la infidelidad, el divorcio, el amor libre y otras uniones irregulares. En nuestros días es más fácil seguir lo malo para obtener resultados más rápidos y que siguen ciertos estereotipos para encajar en sociedad (“casarse para encadenarse”, “casarse para divorciarse”, “casarse por interés”, “casarse porque se metió la pata”, etc.), que hacer las cosas bien. Por supuesto que nadie está obligado a casarse, ni que alguien deba obligarlo a hacerlo, hay que recordar que Dios nos dio el libre albedrío, pero está en nosotros saberlo utilizar.

La castidad

    Según el diccionario de la Real Academia Española, “castidad” es la virtud de quien se abstiene de todo goce carnal, lo que en otras palabras significa, “no tener sexo”. En la actualidad muchos piensan en la castidad como sinónimo de represión sexual, cuando realmente esas personas carecen del conocimiento de su significado y de su inmenso valor en la vida humana.

    Hay otras personas que relacionan la castidad con la virginidad y aunque sí están relacionadas, se diferencian en que ser virgen es ser una persona casta toda la vida, es decir, no haber tenido relaciones sexuales jamás; mientras que ser casto es abstenerse de tener relaciones sexuales aún si ya se han tenido. Por ejemplo, cuando una pareja se casa y ya ha tenido relaciones sexuales, pero quiere reforzar su unión y amor, puede elegir la castidad para lograr el propósito. Por otro lado, un joven que no se ha casado, pero que ha tenido relaciones sexuales con sus parejas, puede elegir la castidad con sus siguientes parejas hasta casarse, incluso una pareja de novios, si ya tienen relaciones sexuales, también puede elegir la castidad para conocerse mejor.

    Todos somos libres de elegir lo que queremos, eso es un hecho, pero no todo lo que queremos es bueno. Ha habido muchas personas a las que les he hablado de la castidad, tanto hombres como mujeres y la mayoría se espanta o se niega a vivirla justificándose en que la vida ha evolucionado y que ahora el sexo ya no es un tabú, que la castidad sólo la practican los religiosos y ultraconservadores de mente cerrada.

    En el libro de Heather Gallagher que se llama La castidad: la libertad del amor verdadero se habla que dentro de un noviazgo existen las etapas espiritual, emocional e intelectual; mientras que la física se deja al final, para el matrimonio. La espiritual nos sirve para conocer a la persona desde su interior, desde el alma; la emocional nos sirve para conocer las reacciones de la persona ante distintas circunstancias de la vida; y la intelectual para saber el grado de criticismo que tiene la persona sobre la realidad; mientras que la física se refiere al conocimiento de la persona corporalmente. Alejándonos un poco de la religión y de Dios, lo cierto es que si no se siguen estas etapas se llega a un “punto de quiebre” en el que sólo importa lo físico; es decir, se destruyen los cimientos de la relación. Dios nos dio el regalo del sexo para unirnos con nuestro cónyuge, pero cuando lo usamos de otra manera nos ata con una “cinta adhesiva” a una persona. Cuando la relación de noviazgo se acaba con esa persona, como en el ejemplo que cité al inicio, al quitar esa “cinta” la otra persona se lleva parte de nosotros (como sucedería cuando quitas una cinta adhesiva de la piel y se lleva pelos consigo) y en el peor de los casos puede dejarnos una huella irreparable como una Enfermedad de Transmisión Sexual (sida, papiloma humano, gonorrea, virus de la hepatitis C, etc.). Y así sucesivamente sucedería con cada persona con la que decidiéramos adelantarnos al plano físico.

    Ser casto significa tener control de uno mismo, significa no ser esclavo de nuestras emociones sino tener el don de mandar en ellas. La castidad te ayuda a ver con claridad lo que realmente quieres, sientes y valoras (a visualizar los planos emocional, espiritual e intelectual), y a ser responsable de tus propios actos. Esperar hasta el matrimonio para consumarlo es un acto de madurez y de amor hacia tu pareja. El tener sexo con tu novia o novio a días o a meses de conocerla no significa que la ames; al contrario, no estás valorando su intelecto ni su espiritualidad. La etapa del noviazgo sirve para conocerse en esas etapas y para saber si es la persona correcta para ti.

El perdón

21.07.2011 13:13

Por Sarahi Fuster

    Hace poco me contó mi abuelita la historia de una mujer que me llegó mucho al corazón, pero me hizo reflexionar sobre el perdón. ¿De verdad estaríamos dispuestos a perdonar a alguien que nos lastimó y aún más a nosotros mismos?

    La mujer de la que me habló mi abue hace limpieza de casas y vive en un pueblito de Toluca. Ella es una mujer ejemplar y entrega su corazón a las personas que quiere. Mi abue y la familia la conocimos porque ella hace la limpieza de la casa de mis tíos. Hace dos años mi tía enfermó de cáncer y ella la cuidó tal como si fuera su propia hermana e incondicionalmente hasta que murió, a pesar de que tiene dos hijas que cuidar. Hace poco me dio la curiosidad de saber su historia así que le pregunté a mi abue.

    Para contar la historia, le pondré otro nombre a esta persona. Bueno, “Yolanda”, se casó hace unos años y tuvo dos hijas. Ella se casó muy enamorada y esperaba que todo saliera viento en popa. Años después de que nació su segunda hija, su esposo las violó. Como Yolanda siempre ha sido muy trabajadora, nunca estaba mucho tiempo en casa así que no se daba cuenta de lo que pasaba, hasta que un día la niña más grande se lo confesó. Después de eso Yolanda demandó a su esposo por violación a menores y él estuvo en la cárcel por un tiempo.

    Cuando mi abue me contó la historia, me dolió mucho y me impactó porque jamás se me hubiera ocurrido que semejante cosa le hubiera pasado a Yolanda, yo siempre la he visto muy fuerte, muy sonriente y muy trabajadora. Luego me pregunté si yo estando en su lugar perdonaría a ese hombre, ¿tendría el valor de perdonar sus acciones y de perdonarme a mí misma por no haberme dado cuenta?

    En la biblia se habla del perdón cuando un discípulo le pregunta a Dios “¿Maestro, cuántas veces he de perdonar a mi hermano? ¿Siete veces?” y Jesús le contestó “siete veces no, setenta veces siete”. Perdonar es un don que Dios nos dio, es un proceso muy complejo, pues el perdonar no significa borrar el mal hecho, o darle la razón al responsable, o peor aún, quitarle la responsabilidad al ofensor, perdonar es ofrecer nuestra “buena voluntad” al responsable y al mismo tiempo dejar que la herida sane. El perdón significa entregarle a Dios el dolor del mal hecho para que Él lo sane y para que nosotros podamos continuar con nuestras vidas felices.

    Pero ¿qué pasa cuando eres tú el responsable o el ofensor? El proceso es igual, cuando aceptas y sabes que fuiste tú quien lastimó a una persona, debes pedir perdón a Dios, pero también tú mismo debes perdonarte. Uno no puede continuar la vida cargando con culpas en la espalda, tampoco digo que por perdonarte no te pasará nada después del mal que hiciste, claro que esa mala acción tendrá su resultado, pero al menos sabrás cómo pararte ante tal situación y enfrentarla.

    En el Padre Nuestro dice “perdona nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores”. Perdonar no es olvidar, es recordar sin dolor lo acontecido y seguir adelante.

“PERDÓN ES LA FRAGANCIA QUE LA VIOLETA SUELTA, CUANDO SE LEVANTA EL ZAPATO QUE LA APLASTÓ”. (MARK TWAIN)

 

Es desde este lugar de donde te escribo

14.07.2011 16:59

Prometí que traduciría la letra de la canción que subí hace una horas, que se la dedico especialmente a Dios. Espero que a ustedes también les guste aunque esté en francés, pero aquí ya está la letra.

 

 C’est d’ici que je vous écris (grupo Calogero)

Es desde este lugar de donde te escribo

 

Une tasse de thé

Una tasa de té,
La chaise est un peu bancale

La silla está un poco coja
Ce n'est pas bien rangé, je sais

No está bien acomodada, lo sé

Rien de bien original

No tiene nada de raro,
Le piano est accordé

El piano está bien afinado,
Aux fenêtres un ciel, des étoiles

Por las ventanas se ve el cielo, las estrellas,
Je m'évade...

Y yo me evado…

 

C'est d'ici de ce nid que je vous dis ma vie

Es desde este lugar que te platico mi vida
Tous mes dénis, mes envíes

Todas mis injusticias, mis deseos
Que j'attends, que j'entends

Que yo espero, que yo espero
Passionnément, que je prie

Y que apasionadamente, te pido

Indécis, décidément des si j'en ai tant

Dudoso o seguro de si lo tengo todo
Mes cris je vous les dédie

Mis ruegos, te los dedico
C'est d'ici de ce nid

Es desde este nido
D'ici que je vous écris

Es desde aquí que te escribo

Si tu veux visiter

Si tu quieres visitarlo
On en fait vite le tour

Lo visitamos rápido,
J'aime cette lumière l'été

Me gusta esta luz de verano,

Des machines bizarres

Máquinas extrañas,
Des cahiers bleus raturés

Libros azules tachoneados,
Là c'était ma première guitare

Ahí estaba mi primer guitarra
Tu vois...

Ya ves…

C'est d'ici de ce nid que je vous dis ma vie

Es desde este nido que te digo mi vida


Tous mes dénis, mes envíes

Todas mis injusticias, mis deseos
Que j'attends, que j'entends

Que yo espero, que yo espero
Passionnément, que je prie

Que apasionadamente te pido

Indécis, décidément des si j'en ai tant

Dudoso o seguro de si lo tengo todo
Mes cris je vous les dédie

Mis ruegos te los dedico
C'est d'ici de ce nid

Es desde este nido
D'ici que je vous écris

Es desde aquí de donde te escribo

C'est d'ici de ces nuits, de ces doubles vies

Es de estas noches, de esta doble vida
Que naissent mots et mélodies

De la que nacen palabras y melodías
D'ici qu'à l'infinie

Es desde aquí hasta el infinito
Je vous redirai merci

Que te agradeceré

C'est ici cette nuit

Es desde aquí, esta noche
D'ici que je vous écris

Desde aquí que te escribo

 

¿Amor?

13.07.2011 17:07

 Por Sarahi Fuster

    Una de las tantas preguntas que siempre me he planteado es ¿qué es el amor?; sin embargo, a pesar de que lea y me documente en varias fuentes fidedignas, sigue quedando sin respuesta “correcta” como las tantas cuestiones sin resolver que todos nos hacemos: la búsqueda de la felicidad, el origen de la vida, la fe y la muerte.

Adán y Eva

    Quise comenzar a buscar la respuesta mediante el Génesis, que menciona a una pareja más que comentada a lo largo de muchos siglos desde que fue escrito dicho libro de la biblia. Partamos de que Dios creó a Adán y a Eva a su “semejanza”, i.e. fue Dios quien los creó con su propio amor y se los “heredó” por decirlo de una forma. De manera metafórica, cuando Dios creó a Adán y éste estaba solo, para llenar ese “vacío” Dios crea a la mujer (Eva) de su costilla, y la crea de esa manera, porque la mujer es el complemento del hombre, es decir que crea una unidad natural entre el hombre y la mujer.

    Debo hacer una nota acerca de la “unidad natural”, a pesar de que son una unidad natural y son semejantes, hay una correspondencia entre uno y otro marcada mediante el sexo de cada uno. Los dos se “complementan” mediante características físicas naturales, además de que este hecho hace irreparablemente que tanto el hombre dependa de la mujer, como la mujer del hombre para poder procrear.

    Algo curioso que sucede entre esta pareja y que es bien sabido es el pecado que comete Eva, que no necesariamente es de carácter sexual, sino que es mediante la tentativa de olvidar a Dios, olvidando el plan del Creador y constituyendo la primer aparición del ego, pues Eva intenta crear su propia felicidad, lo cual trajo como consecuencia una distorsión de la realidad y la vergüenza entre uno y otro la cual a su vez engendra falta de amor; sin embargo, el pecado jamás suprimió la existencia de Dios, ni su amor hacia nosotros. Dios nos enseña que una manera de amarle también es mediante el establecimiento de una relación entre un hombre y una mujer, porque a final de cuentas sigue estando dentro del plan de Dios, además de que el “pecado” no suprime a Dios del universo.

    Paréntesis: El hecho de que la relación entre un hombre y una mujer esté dentro del plan de Dios me hace sentir más tranquila, porque he escuchado a mucha gente decir que las personas no dependemos de nadie para vivir, aunque sintamos la necesidad de estar con ese alguien. Se me hacía algo ilógico, porque por algo Dios creó al hombre y a la mujer, ¿no?

Salomón y Sulamita

    En la biblia aparece otra pareja en el Cantar de los Cantares, cuya historia nos explica el cortejo que hay entre un hombre y una mujer y todos sus sentimientos. En resumen, se trata de dos amantes que se separan varias veces, pero que siempre se buscan y se vuelven a encontrar. En realidad es un poema muy complejo, porque se presta a varias interpretaciones, hay quienes afirman que se trata del amor entre Jesucristo y su iglesia; mientras que hay otros que dicen que es el libro “erótico” de la biblia. En mi opinión, se trata de dos almas que se aman y que son la una para la otra y aunque los intenten separar, ellos ya están destinados a estar juntos. Hay una frase clave que justifica lo que pienso: “al que ama mi alma” (cantar de los cantares 3, 3:3), lo repite Sulamita varias veces en una de sus separaciones, además hay otra frase que también lo dice “mi amado es mío y yo suya” (cantar de los cantares 2, 2:16). Hay otras partes del poema en que Salomón la ve como la única de entre muchas: “Sesenta son las reinas, y ochenta las concubinas, Y las doncellas sin número;  Mas una es la paloma mía, la perfecta mía;[…]” (cantar de los cantares 6, 6:9).

Psique y Eros

    La historia de esta pareja, perteneciente a la mitología griega, comienza contando la vida de Psique, quien es una mujer tan hermosa que los hombres, impresionados de su belleza, no se atreven a tomarla como esposa. Los padres de Psique, consternados de ver lo que sucede, consultan al Oráculo para saber el destino de su hija y les contestan que ella se casaría con un hombre superior a Júpiter. Venus, la madre de Eros (Cupido), al ver la hermosura de Psique le pide a Eros que haga que se case con un monstruo, pero Eros se enamora de Psique, así que se la lleva a su palacio y la hace suya sin que ella sepa quién es él en verdad. Durante las noches se queda con ella para que ella no lo pueda ver, hasta que un día, las hermanas de Eros, tientan a Psique para que averigüe quién es su esposo y para que lo mate, porque según ellas era un monstruo, una serpiente. Eros tentada, decide ir a matarlo, se lleva consigo un cuchillo y una lámpara de aceite, entonces al acercarse a él con la lámpara para verlo, se da cuenta de que es hermoso y que es Eros, pero una gota de la lámpara cae en él y lo despierta. Él se despierta muy enojado de verla y de castigo la deja. Psique se la pasa buscándolo durante mucho tiempo hasta que al final, ella baja a los infiernos y encuentra una cajita de “hermosura divina”, decide ponerse un poco, pero cae un sueño profundo. Eros va en su rescate y la lleva con su madre Venus para que la salve. Al final, Psique es perdonada y los dos viven juntos y tienen una hija que se llama Voluptuosidad.

    Algo que es muy resaltante en la historia son las tentaciones de Psique, cae en las dos, tanto en la de las hermanas como en la de los infiernos, que puede asemejarse mucho a cuando uno permite que se ego juzgue y decida; sin embargo el amor profundo que sienten los dos hace que sigan juntos. Pienso que esta historia es un poco similar a la de Adán y Eva por la tentación, además de que en las dos historias, es la mujer la que cae en la misma.

Conclusión

    Yo podría concluir con estas tres historias, que en verdad los seres humanos necesitamos de nuestro complemento, no para ser felices, sino para cumplir con un plan de Dios. La felicidad, está en todos lados, hasta en las cosas más sencillas, una pareja, no necesariamente nos da la felicidad, si fuera así, estaríamos permitiendo que nuestro ego reine en nosotros y no el plan de Dios. ¿Qué es el amor?...¡uff! aún no lo sé y creo que ya no lo quiero saber, el amor es un misterio de la vida que va más allá de la razón y que si supiera lo que es ya no tendría caso vivirlo. La respuesta al significado del amor es tan misteriosa, que por todos lados hacia donde busques te vas a encontrar con una pared que no te va a dejar saber, porque su misterio lo hace aún más hermoso y maravilloso de lo que ya es. Hay quienes se pasan la vida entera buscando a su alama gemela y me incluyo porque aún no la encuentro, pero ¿tiene caso esperarla? Creo que lo mejor es que Dios decida el momento, el lugar y la persona. Lo importante es saber que estar con tu complemento sí está dentro del plan de Dios, pero hay que dejar de lado el ego para amar con pureza. ¿Ustedes qué creen?

El escalódromo

11.07.2011 15:19

 Por Sarahi Fuster

Hace poco que hablé con mi hermano, le platicaba que me sentía un poco estresada por cambios que estaban sucediendo en mi vida, que necesitaba distraer un poco mi mente de la situación, entonces, me recomendó que fuera a escalar. Mi hermano es alpinista ya desde hace un tiempo, a veces se va a escalar a diferentes lugares para distraerse y pasar un rato muy agradable con sus amigos, además de que le gustan mucho los deportes extremos. El caso es que me dijo que buscara un lugar donde pudiera escalar, pero se me venían a la mente lugares fuera del Distrito Federal como Veracruz y la verdad es que no me sentía con la condición, ni mucho menos con la experiencia para hacerlo, así que al inicio no le tomé mucha importancia.

A la semana de hablar con él, se me ocurrió buscar en internet un lugar en el Distrito Federal en donde hubiera muros artificiales para practicar y fue entonces que encontré el escalódromo Carlos Carsolio. Al inicio le empecé a dar vueltas a la idea, por el precio, el equipo, los horarios, etc., etc. Y resultó que, cuando hablé, me dijeron que el costo no era muy elevado, el material me lo prestaban y hasta instructor te daban. Ya estaba convencida de ir; sin embargo, no me gustaba la idea de ir sola, así que de nuevo, lo dejé de lado. Luego, Dios empezó a acomodar un poco más las cosas que estaban sucediendo en mi vida y me llevó a reencontrarme, de una manera muy peculiar, con mi amigo Jonathan que hacía años que no nos veíamos. Al final decidí pedirle a mi amigo que fuéramos al escalódromo y me animé a hacerlo. Cuando llegamos, teníamos cara de “what?”, no sabíamos ni por dónde empezar, hasta nos quedamos impresionados de ver como un niñito de cuatro años escalaba un muro altísimo. El instructor nos empezó a explicar unas cosas básicas y nos puso a escalar un muro pequeño, pero que nos costó mucho trabajo pasar, pues teníamos que fijarnos en las piedras que nos daban soporte y en cómo mover la cadera y las piernas, además de que los dedos nos dolían horrible. Luego el instructor nos dijo que pasaríamos a escalar un muro alto. Tengo que confesar que cuando vi el muro enorme, me dio pánico, pero a la vez sentí que debía hacerlo, era como un reto padrísimo que quería lograr y me animé más con lo bien que me la estaba pasando con mi amigo y sus ánimos jamás faltaron.

Primero se subió él y vi que lo había hecho con mucha facilidad y se veía muy divertido, así que agarré más valor y me subí. A la mitad sentía que todo se me entumía y que si miraba hacia abajo me detendría, pero mi amigo me gritaba “¡tú puedes Sara, casi llegas!”, voltee hacia arriba y agarré más fuerza para seguir hasta que llegué. Voy a hacer un paréntesis de todo lo que pasó en mi mente cuando estaba escalando. Durante el trayecto a la cima, recordaba los momentos difíciles por los que atravesé en estas semanas, los días tristes, los días de angustia y cada piedra que escalaba me hacía olvidar cada uno de ellos, hasta que mi corazón quedó lleno cuando escuché la voz de Jonathan gritando “¡tú puedes Sara, casi llegas!”. Cuando bajé, Jona y yo nos miramos riendo entre espantados y divertidos, pero en ese momento supe que Dios había movido el mundo entero para que ocurriera así, creo que Jona y yo jamás lo podremos olvidar.

Así que si tienen pensado salir a algún lado estas vacaciones, les recomiendo ir a escalar, pero sobretodo, hacerlo en compañía de personas a las que quieran mucho, se van a pasar un rato muy agradable.

*Quiero agradecer muy especialmente a mi amigo Jona, por compartir su vida conmigo este sábado y agradecer a Dios por habernos puesto en el camino.

El ego

11.07.2011 15:17

 Por Sarahi Fuster

Antes de escribir este artículo, mi primer duda fue sobre el significado del “ego” y me vinieron varias palabras a la mente como “egoísta”, “ególatra”, “egocéntrico”, “egotismo”. Cuando las pensé, estas palabras me evocaron un sentimiento enaltecedor, pero desde un punto vista negativo. Para ser más precisa, la palabra ego, según el diccionario de la Real Academia Española tiene dos acepciones: 1) prurito de hablar de sí mismo; 2) en psicología es un sentimiento exagerado de la propia personalidad. Después de leer las acepciones en seguida pensé en las miles de veces que he llegado a hablar de mí misma con las personas sin dejarlas decir una palabra.

Para ser aún más clara, el ego no es una palabra que designe una cualidad o virtud de una persona, al contrario, el ego nos habla de una persona que se considera Dios mismo. ¿Cuál es entonces el comportamiento de una persona con ego? Bueno, pondré un ejemplo: los invitan a una fiesta, se arreglan, se ponen guapos o guapas, se ponen el perfumito, los mejores zapatos, etc., etc. Cuando llegan a la fiesta, saludan a todo mundo, platican por aquí y por allá y de repente llega un tipazo con lentes oscuros (cuando la luz está apagada y es de noche), playera pegada o mejor dicho embarrada, pantalones que parecen mayas y con un olor a perfume que llega hasta el otro lado de la calle. Llega a saludarlos y empieza a decir:

“¿Qué están tomando?, o sea ¿por qué tan aguados?, yo me estoy tomando un whiskey para alivianar el asunto y festejar la party, además hay que brindar porque hoy hice 1000 lagartijas y 3000 sentadillas en el gym, además me acabo de comprar mi super coche del año, es un Mustang y vean a la vieja que me cargo, o sea ¡super guapa!, pero bueno, nos vemos porque mucha gente por allá me espera a que la salude, ¡ciao!”.

Inmediatamente de que el “tipazo” se va, los pobres con los que platicó, se quedan plasmados, viéndose unos a otros y sin pío de palabra. Ustedes seguramente pensarán ¿qué hay de malo en ese comportamiento?, “es el típico comportamiento de alguien que sabe cómo obtener lo que quiere”, lo cual es por completo un error, obtienen lo que quieren, pero dañando a mucha gente a su alrededor y eso no es lo que Dios quiere que hagamos, al contrario, debemos hacer las cosas para hacer un bien al mundo. Por infortunio, las personas que son ególatras toman sus decisiones con base en lo que ellos piensan y sienten, pues creen que son “el centro del universo”. No quiero decir, que yo sea perfecta y que jamás lo haya hecho, de hecho hay varias maneras de profesar la egolatría, incluso desde las más sencillas como cuando vamos manejando y no dejamos que el de al lado se pase a nuestro carril.

El primer mandamiento de Dios fue “No tendrás dioses ajenos delante de mí” (Éxodo 20:3), cuanto menos considerarse uno mismo como tal. Dios es el único que puede gobernar en nuestras decisiones, en nuestra vida y en nuestro destino. La gran mayoría de nuestros errores los cometemos porque pensamos y confiamos en nuestras propias creencias, dejamos de ser humildes, dejamos de escuchar a los demás, pero sobretodo dejamos de escuchar a Dios, y nos encerramos en nuestra única razón, hasta que caemos y nos damos cuenta de que nuestro “yo interior” no tuvo la respuesta, sino Dios.

Cuando el ser humano deja de lado el ego, pone más atención a su alrededor, valora más lo que tiene, las personas con las que convive y lucha pero con la ayuda de Dios, pues es Él el que da la victoria. Otro hecho que demuestra el ego es la falta de perdón tanto a otros como a nosotros mismos. El resentimiento hacia otras personas demuestra la importancia que nos damos a nosotros mismos, poniéndonos en el papel de omnipotentes y de tener la razón y le verdad absoluta, cuando el único que la tiene es Dios, además de que creemos que el hecho de no perdonar es un tipo de “venganza” hacia la otra persona; sin embargo, lo único que hacemos es hacernos daño a notros mismos.

De nuevo, quiero comentar que, no escribo este tema para que nos hagamos perfectos, sino para que razonemos y analicemos nuestras actitudes, yo sé que jamás vamos a alcanzar la perfección, de hecho no se puede, la mayoría de las veces, para aprender y asimilar muchas cosas, no basta con leer, sino que es necesario caer en el error o vivir la experiencia.

Hace poco leí un dato curioso acerca de la biblia, el versículo que está justo a la mitad es el Salmo 118:9, que dice “mejor es confiar en Jehová, que confiar en príncipes”.

¡Hoy me siento feliz!

06.07.2011 21:26

Por Sarahi Fuster

Casi siempre que expresamos nuestros sentimientos lo hacemos porque estamos tristes, enojados, desilusionados, desesperados, etc., pero ¿alguna vez expresamos nuestros sentimientos de felicidad?

Hoy me siento feliz, porque, después de toda la tormenta, Dios me dio una de tantas respuestas que le pedí…la importancia de la vida, de la familia, de la unión. Una noticia mala que al final resultó no ser tan mala me hizo el día por completo. Me hizo valorar todo de mi madre, que gracias a Dios está bien de salud, pero que nos dio un buen susto. La noticia de que estuviera bien de salud, abarcó toda mi felicidad y a la vez fue una gran respuesta de Dios hacia el sentido de vivir. ¡Gracias a Dios!

Encontré esta prosa escrita por una chica que escribió en un foro, tiene el pseudónimo de “luna” y la verdad es que me encantó leerlo porque expresa muy bien muchas cosas que he sentido últimamente y que creo que todos sentimos muchas veces en la vida.

 

Hoy me siento feliz
Me siento feliz, porque experimenté la agonía combinada
con pedacitos de cielo, porque lloré de felicidad.
Respiro fuerte y lloro, también de felicidad,
pero el llanto ya no tiene ambivalencia ni dejos de pérdida.
No tengo miedo ya.
Ha pasado el ventisco malvado del engaño,
mi corazón desea permanecer ausente,
pero sé que vendrá,
sé que pronto estará listo para incitarme la sonrisa profunda,
ya me lo confesó en sueños.
Pero, sobre todas las experiencias, aliento a mi ser,
que se levanta, que ríe, que rompe en llanto con el final de esa película,
que ansía el romance de la utopía y que aún confía, que aún cree.
Me levanté con el cuello erguido y con los brazos fuertes,
y aunque mi corazón desea espacio y tiempo,
estoy lista para dárselos...
Y hoy debo confesar que estoy simplemente lista para reír,
aún no sé si desde el fondo de mi corazón,
pero me encantan los días soleados,
amo el viento en mi cara soplándome secretos,
me mojo con la lluvia y no le temo a los truenos.
Sí, debo confesar también, que me pegué en el nervio del alma,
ese que hace que descubras partes internas
que no sabías siquiera que existían.
Cuando te golpeas un brazo, te lo acaricias para aliviarlo,
pero si el golpe es en el alma, simplemente no hay forma,
así que tuve que soportar el dolor del golpe.
Y por extraño que parezca, agradezco el porrazo,
me di cuenta que tengo mucho aún que sentir
y que era sólo un previo, un antes, un pasado,
una antesala a la verdadera emoción, esa que vale la pena,
y aprendí...
Cada una de nosotras somos un pequeño mundo lleno de pequeñas fisuras,
nos caemos y nos levantamos cada vez que nos suceden infortunios,
lloramos, tragamos polvo y nos volvemos a ilusionar, nos enamoramos,
nos desenamoramos, reímos, brincamos, nos rompemos
y la vida, las circunstancias y nuestros maravillosos genes,
nos vuelven a pegar.
Nuestra anatomía es sencillamente maravillosa,
porque nos permite experimentar toda clase de sentimientos,
amor, rabia, egoísmo, lujuria, gula, raciocinio, llanto, risas,
felicidad, alegría, tristeza, ambivalencia, tranquilidad.
Simplemente SENTIR...


 

Petición de fuerza y sabiduría…pero ¿dónde está?

05.07.2011 19:54

Por Sarahi Fuster

Ha habido días en mi vida que caigo en la desesperación por no entender el porqué soy tan débil e ignorante ante circunstancias que Dios pone en el camino. Pero creo que el hecho de desesperarme sólo significa que soy incongruente.

Día y noche ruego a Dios que me de fuerza, sabiduría, prosperidad…¿quién no lo hace? Lo hacemos todos los creyentes a diario y nos imaginamos fuertes y con una capa roja como la de super man. La realidad es que la mayoría de los que lo hacemos no nos damos cuenta de que para ser fuertes y sabios necesitamos aprender a serlo.

Hace poco leí una historia sobre una mariposa que quería salir del capullo y volar, pero por más que luchaba y luchaba no podía. Había un señor que la observaba y sintió tanta compasión por ella que le ayudó a abrir el capullo; sin embargo, cuando la mariposa salió, nunca pudo volar porque sus alas estaban marchitas. En realidad, las mariposas secretan un liquido que va hacia sus alas haciéndolas más fuertes al momento de hacer el esfuerzo por salir del capullo por sí solas. Al hacer una analogía con la vida de un ser humano, es la misma situación. Para hacernos fuertes y sabios necesitamos pasar por situaciones difíciles y problemas difíciles de resolver para ser fuertes y sabios. Cuando le pedimos fuerza y sabiduría a Dios, Él no nos “abre el capullo por compasión”, Él como buen Padre, nos hace aprender a través de la experiencia. Hay un dicho que me dijo una vez una amiga “lo que no te mata, te hace más fuerte” y vaya que tiene razón.

Así que la próxima vez que hagas una oración y le pidas a Dios fuerza y sabiduría, no esperes que lleguen por milagro y por magia, llegarán por los medios que Dios considere que son los mejores, así es la vida, sino no tendría sentido vivirla. Cuando te encuentres ante una situación difícil, sólo piensa que al final siempre hay un gran tesoro...y no de dinero…de fuerza y sabiduría.

  

La chica de la guitarra rosa

28.06.2011 20:19

Por Sarahi Fuster

Cuando entró, su altura me impresionó, no en muchos lados se ven mujeres tan altas. Se sentó al lado de mí con su guitarra resguardada por un estuche color morado. Al verla al rostro, enseguida podías notar su corta edad, pues tenía 17 años. Mi profesor de guitarra le preguntó su nombre y ella respondió que se llamaba Victoria y que le decían “Vico”, pero que aún no se explicaba la razón por la cual no le decían Vicky como a las demás Victorias. Luego mi profesor le preguntó que porqué había decidido aprender guitarra y fue ahí cuando comenzó todo. Sacó su guitarra del estuche morado y empezó a contar que su tía le había regalado una guitarra rosa hace dos años, a lo que ella acentuó “la guitarra es muy rosa” y en efecto, la guitarra era de un rosa pastel que al mirarla te daban ganas de darle una mordida porque parecía más un merengue de pastel, lo único que resaltaba del rosa era una línea café en su derredor y el mástil que también era café.

En estos dos años que se la habían regalado, jamás la tocó en serio, salvo para hacer “playback” en una ocasión. Mi profesor le preguntó que si alguna vez había intentado tocar algo; ella sacó del forro unas hojas dobladas entre otros aditamentos de la guitarra y dijo: “pues mi tía también imprimió unas cosas de internet para que aprendiera, pero la verdad ni les entiendo…y luego estas cosas que me dio para la guitarra no sé para qué sirven”. Era irresistible soltar una carcajada ante tal situación, pero, a pesar de todo, ella  inspiraba mucha confianza y un sentimiento de “por favor, necesito ayuda con mi guitarra rosa”. Cuando mi profesor tomó la guitarra rosa para probarla, resulta que la pobre guitarra no podía emitir sonidos bonitos, cada nota sonaba como un arañazo en un espejo, así que le recomendó que la llevara a arreglar. Después la hizo practicar unos ejercicios básicos que al final la dejaron exhausta de los dedos como a todos nos pasa por primera vez.

En fin, jamás podré olvidar ese rato curioso, simpático y gracioso a la vez, ni tampoco podré olvidar el rato ameno que nos hizo pasar esa mañana la chica de la guitarra rosa.



Los abuelos

24.06.2011 19:12

Por Sarahi Fuster

Me da tristeza cuando escucho decir a la gente “espero no llegar a viejito”. ¿Cómo pueden decir eso? La vejez es una etapa de la vida tan hermosa y enriquecedora como todas.

Hoy en la mañana, me desperté muy feliz y dándole gracias a Dios por dejar que mi abuelita cumpliera un año más. Cuando la miro al rostro, veo cada centímetro de arrugas que tiene y sólo puedo pensar en qué tantas cosas ha vivido, visto, escuchado, sentido…En las noches siempre, antes de dormirse, va a mi cama para darme un beso y decirme que todo saldrá bien, que descanse. Luego de que hace eso, se sienta en la cama, agarra su biblia y comienza a orarle a Dios. A veces, para quedarme dormida, me gusta escuchar sus oraciones, siempre preocupada pidiéndole a Dios que nos haga fuertes y que siempre nos cuide de todo mal…

¿Por qué son tan especiales los abuelos y en general la gente grande? Porque han vivido un montonal de experiencias, tienen tantas historias que contar que jamás terminarían. La gente grande tiene ganas de mostrarle al mundo todo lo que aprendieron, ellos ya no tienen ganas de aprender más, sólo quieren enseñar sus conocimientos. Hay jóvenes que se desesperan de estar con una persona grande, de convivir con ella y no se dan cuenta de que son personas tan especiales y que tienen respuestas para todo. A veces cuando me siento al lado de mi abuelita, en cinco minutos puede contar tantas cosas que me impresiona, es como una enciclopedia abierta.

Cuando toco las manos de mi abuelita, se sienten rasposas y rígidas por todo lo que trabajó cuando era joven, pero cuando sus manos me acarician la cara, son tan tiernas y consoladoras que olvido su aspereza. Los viejitos son los únicos que siempre serán atentos porque aún se quieren sentir útiles, aunque sepan que dar un paso ya es como correr un kilómetro.

Ellos piensan que ya no sirven ni hacen nada, pero no se dan cuenta de que cada paso que dan, cada esfuerzo que hacen por oír, cada esfuerzo que hacen por recordar los sigue haciendo luchar por la vida.

Algún día, si Dios quiere, llegaré a vieja y muy seguramente sentiré lo mismo que mi abuela: la gran bendición de haber vivido tanto…

 

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