Obsolescencia
Por Sarahi Fuster
“No llevo ni un año con mi celular y ya no le sirven las bocinas” decía mi hermano tras 8 meses de haber comprado un celular inteligente de la marca Sony. ¿Cuántos de nosotros no nos hemos cuestionado el por qué los productos que compramos cada vez duran menos?
La obsolescencia programada
La idea de la obsolescencia programada surgió después de la caída de la bolsa de valores de Nueva York en 1930. Un promotor inmobiliario, Bernard London, fue quien propuso reactivar la economía con una obsolescencia legal y obligatoria. Esta técnica, decía uno de los precursores de la obsolescencia, Clifford Brooks, representa “la palanca que ha activado la compra y el crédito” hasta nuestros días, además de que es el modelo económico que reina prácticamente en el mundo y su fin es generar consumismo. La obsolescencia programada es la tendencia a crear productos con una vida útil limitada. Muchas veces los productos que compramos, una vez que se dañan, ni siquiera pensamos en llevarlos a componer porque nos sale más barato comprar uno nuevo, o porque resulta que no hay refacciones disponibles para componerlos.
Uno de los casos muy sonados dentro de la obsolescencia fue el de las medias de nailon fabricadas por la empresa Du Pont. En los años 30, esta empresa fabricaba medias de nailon resistentes a todo, la fibra de nailon que habían fabricado era la más resistente de todas, pero en cuanto surgió la obsolescencia, Du Pont tuvo que pedir a sus científicos que fabricaran una fibra que durara menos.
Otro caso importante y que pegó mucho a la empresa Apple fue el de los Ipods que fabricó durante un tiempo, con una batería de duración limitada a un año. Los consumidores de dichos Ipods, luego de que la batería les dejaba de funcionar, debían comprar otro Ipod porque esas baterías no estaban disponibles comercialmente, hasta que se hizo una demanda colectiva contra Apple.
Los pros y los contras de la obsolescencia programada
Es cierto que la técnica de la obsolescencia programada tiene ventajas dentro de la sociedad, como generar fuentes de trabajo, activar la economía y generar un crecimiento ilimitado de casi todo. Por infortunio, dicha técnica tiene su límite, pues para fabricar los productos, las empresas se valen de muchos recursos naturales y por supuesto, el “comprar, tirar, comprar, tirar” crea un fuerte impacto ambiental. La mayor parte de los desechos de computadoras y otros aparatos electrónicos de varias empresas importantes como Apple van a parar a África. Los envían para allá con la justificación de que aún son útiles, cuando en realidad ya son basura.
La naturaleza tiene sus límites, todos esos desechos de sustancias químicas y aparatos electrónicos no son degradables por lo que pronto habrá carencia de lugares para desecharlos. Al mismo tiempo, dentro de poco habrá carencia de recursos naturales, como el petróleo, para seguir fabricando los productos.
Movimiento contra la obsolescencia programada
En la actualidad existe un movimiento llamado “Decrecimiento” que se opone al despilfarro del consumismo. Este movimiento es encabezado por empresas importantes como Phillips que defienden la idea de una economía basada en la duración, nuevos tipos de trabajos y producción.
También ya hay mucha gente que se está dando a la tarea de arreglar por sí mismos sus aparatos para evitar este consumismo cada vez más aterrador. Si no hacemos conciencia, nosotros mismos somos los que tendremos que enfrentar las consecuencias.