Fealdad, ¿para quién?

18.02.2013 19:08

por Sarahi Fuster

 

    Estamos en una época en la que la perfección en la apariencia afecta cada vez más tanto a mujeres como a hombres. Los avances en la ciencia para ayudar al ser humano en situaciones difíciles, ahora se usan también con fines embellecedores como las cirugías estéticas. La perfección de rostros y cuerpos mostrada en los programas de televisión va generando una creciente depresión en las personas, así como un rechazo por parte de las mismas hacia las personas “feas”.

    El martes pasado leí un comentario en un blog sobre una chica que se sentía fea, en el que decía que su fealdad la había dejado sola y que era objeto de burlas y comentarios negativos hacia su persona. Según lo que ella escribe, la gente la percibe como fea por sus características un poco masculinas en el rostro y sobrepeso, lo que la ha llevado a tener muchas desilusiones amorosas, incluso comenta que sus novios la han llegado a ocultar ante la gente. Por otro lado, recuerdo haber tenido un amigo que tenía sobrepeso y que también era constantemente juzgado por su apariencia. Le costaba trabajo hacer amigos y era muy hermético en cuanto a su situación amorosa.

 

¿Por qué el ser humano prefiere lo bello?

    Es muy sencillo, a los seres humanos nos gusta lo que despierta en nosotros una sensación de agrado, por lo tanto, buscamos en los rostros la forma que nos agrade y nos genere un placer a la vista. En realidad, filosóficamente es imposible conceptualizar lo bello, debido a que es subjetivo. De hecho, si nos remontamos a la prehistoria, el ser humano ni siquiera estaba interesado por la estética humana, estaban tan preocupados por su supervivencia que jamás pensaron en la estética, se basaban más bien en la fuerza física. Con el paso del tiempo, una vez que el ser humano se asentó y evolucionó, se comenzó a preocupar por la apariencia física. Los griegos fueron los primeros en dar cánones para regular la estética y fueron también los filósofos griegos quienes introdujeron el término “estética”.

    Con el paso de los años, la forma simétrica del rostro y del cuerpo ha tomado un papel crucial en el sistema social del ser humano, cuanto más perfectos y estéticos seamos, más poder de convencimiento y agrado podemos tener. Sin embargo, también se ha convertido en la preocupación del mismo, generando sentimientos de alta o baja autoestima.

   El filósofo Karl Rosenkranz abordó el tema de lo bello diciendo:

 “[…] que lo feo pueda gustar parece un contrasentido, como si el enfermo o la maldad suscitaran placer. Sin embargo es posible, ya sea de un modo sano o en un modo enfermo […]”.

    Y aquí viene la discusión: ¿por qué los seres humanos discriminamos a quienes son feos o antiestéticos?

    Sería fácil contestar que hay seres humanos que prefieren lo agradable y bello en sus vidas, y que hay quienes hayan placer en lo que no es tan bello o simétrico; sin embargo, dejaría una gran brecha abierta en esta respuesta. La realidad es que los seres humanos somos crueles cuando se trata de hablar de nuestras preferencias. Discriminamos a alguien que no es bello por el simple hecho de que no nos agrada y ni siquiera llegamos a querer conocer lo que hay dentro de su forma física.

 

Lo feo de la fealdad

    Ahora que ya entendimos que en el ser humano es normal buscar la belleza, veamos el lado oscuro del tema. Es cierto que buscamos lo que nos agrada, pero ¿eso nos hace acreedores a lastimar a alguien o desacreditar a alguien por su apariencia? Veamos a fondo el caso.

    Me he encontrado en los lugares donde he trabajado, que por lo general contratan a mujeres bellas y, por desgracia, también se les aprecia y se les considera más a pesar de lo mal que hagan el trabajo. Sin embargo, según lo que los expertos dicen es que el ser humano selecciona por instinto lo que se ve mejor (lo mejor conocido como selección natural), pues para nosotros podría ser siempre “lo mejor”, incluso interiormente.

    Las opiniones en cuanto a la belleza y la fealdad están muy divididas. Según algunas encuestas hechas a personal de recursos humanos, la mayoría afirma que en definitiva un rostro bello acompañado de inteligencia tiene más posibilidades de conseguir el puesto. Por el contrario, personas que no necesariamente tienen un puesto en recursos humanos opinan que lo que vale la pena de cada persona es lo que refleja su interior.

    Las más afectadas en el tema son las mujeres. Por naturaleza el hombre se guía más de su sentido de la vista para buscar una pareja; por lo tanto, las mujeres son las que más sufren psicológicamente la fealdad. Muchas eligen el camino del bisturí porque ciertamente huyen de la fealdad y buscan la perfección aunque signifique lastimar sus propios cuerpos.

    En mi opinión, la belleza depende mucho de nuestra propia perspectiva y también de nuestra experiencia de vida. Yo no pienso que discriminar a una persona por su apariencia física sea lo mejor, de hecho, si estuviera en mis manos contratar a alguien para un trabajo, en definitiva lo mediría por su intelecto y capacidad. A pesar de mi opinión y de la opinión que muchos comparten conmigo allá afuera, la realidad es otra, al menos en lo que respecta a lo laboral.

    Como sería difícil cambiar esa realidad de la noche a la mañana, comencemos por tomar en cuenta que lo importante es que siempre mantengamos nuestro ser interior equilibrado y que no dejemos que las opiniones de los demás con respecto a nuestra apariencia nos suman en la depresión, pues nacimos para ser libres y disfrutar la vida, no para agradarle a los demás. Quizá un nivel más desarrollado de análisis entre nosotros nos haga tener una visión más amplia sobre estos temas y sobre la manera en que actuamos. Alguien que sólo se limita a ver la belleza física y que discrimina a alguien por no cumplir con sus requerimientos físicos al insultarlo o al cerrarle las puertas, carece de conocimiento, de empatía y de una capacidad de análisis de las situaciones a las que se enfrenta.

Yo no creo que sea necesario llegar a lastimar a alguien sólo porque no cumple con lo que nosotros creemos que es bello, o porque no cumple con los parámetros de belleza impuestos por la moda del momento. Pienso que hay otros factores que nos pueden ayudar a conocer a una persona aparte de su físico, por ejemplo, la manera de comunicarse con el habla, las manos o gestos hablan mucho de las personas. Leer y documentarnos sobre las cosas de las que dudamos son buenos hábitos que nos ayudan a tener una visión más amplia de lo que sucede entre nosotros.

Y tú ¿qué piensas al respecto?

 

¡Belleza, sí belleza! Pero la belleza no es eso, no es la del arte por el arte, no es la de los esteticistas. Belleza cuya contemplación no nos hace mejores no es tal belleza.

Miguel de Unamuno

Tema: Fealdad

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